lunes, 30 de noviembre de 2015

30 de noviembre 1913
Primer mes terminado en esta ciudad, el invierno ya esta aquí,pero el frio lo anuncio semanas antes y debido a mi mala previsión del tiempo he caído enfermo estas dos ultimas semanas. La fiebre por suerte no ha podido conmigo, también agradecérselo al maravilloso doctor Víctor que gracias a él los delirios de la fiebre no fueron mas que meras alucinaciones pasajeras, las cuales iban desde lo mas bizarro ha lo mas dantesco posible, paredes calcinadas, estañas sombras en la noche, susurro del pasado que volvían a mi memoria, recordando el poema que aprendí en mis últimos años de escuela, o la voz de mi lejana pero presente Madeline, bendita fue la fiebre si me hizo volver a oír si dulce voz de nuevo.

Durante esas semanas vino Adolf a verme un par de veces, su presencia me alivio y distrajo mi aburrimiento, me trajo un botella de coñac, tuve que aceptarla a pesar de que a mi ese alcohol no me gusta mucho, pero tampoco podía hacerle un feo a ese detalle. Por suerte o por desgracia según desde el lado de quien se mire Adolf se termino casi toda la botella a lo largo de las visitas que me realizo durante la semana, sin duda ese hombre tiene un problema con el alcohol. 

jueves, 19 de noviembre de 2015



No puedo quitarme esta canción de la cabeza, desde que la oí en aquella cantina. 







miércoles, 18 de noviembre de 2015

20 de Noviembre de 1913

Esta semana ha sido un auténtico caos, la caldera de la fábrica textil que hay al lado de la imprenta estalló, por lo que esta semana no hemos podido ir a trabajar, pero al menos tenemos una noticia que redactar, este tiempo lo he podido utilizar para descansar y para pensar en algunas cosas, entre ellas, la turbia conversación que tuve con mi recién amigo Adolf, sus delirios de borracho, me perturbaron el sueño durante un par de noches, pero he llegado a la conclusión de no darle mayor importancia. La mayor parte de esta semana la he tomado para investigar ,los posibles caminos que pudo tomar Aymeric, preguntando a los transeúntes que puedan frecuentar esa zona, e intente preguntar en una casa que había junto al camino, mi primera idea fue pensar que era una posada, pero no fue así, al llamar nadie respondió lo cual cosa me extrañó y no solo no contestaron esa vez, sino que todos los días que fui a intentar preguntar, en ninguna ocasión abrieron la puerta, esto me ha hecho levantar una sospecha sobre esa tétrica casa del camino. Confío en que no escondan nada, sino que simplemente no haya nadie.

martes, 17 de noviembre de 2015



He visto esto en el periódico, lo propondré para que lo implanten en la siguiente rotativa.

jueves, 12 de noviembre de 2015

17 de diciembre 1913


Tras terminar hoy el trabajo me he dirigido al bosque del macizo del Jura, para investigar el motivo primordial de mi llegada a esta ciudad, investigar la muerte de mi amigo, Aymeryc, que desapareció hace un par de meses, su mujer, Elisabeth me pidió expresamente que si podía venir a investigarla, ya que los gentarmes, habían zanjado la investigación, moví algunos hilos y encontré trabajo en el periódico local, lo que me permitirá seguir la investigación por mi cuenta.

Los bosques son hermosos, una cubierta esmeraldina la cual parece arrollada por un mar de nieve y rocas, demasiado bonito para esconder la muerte de alguien. Me dirigí al camino del cual se tiene la última estancia de haber visto a mi amigo Aymeryc. por desgracia la noche se ha cernido demasiado temprano sobre mí y he tenido que regresar a casa, cuando doblaba la esquina del pub me he encontrado con mi recién amigo Adolf, ha insistido en que le acompañara tomando una cerveza, solo he podido aceptarla, mala idea por mi parte, Adolf ha tomado demasiado alcohol y ante su tan mal estado he tenido que acompañarle hasta su casa, durante el camino me ha comentado ciertos asuntos que me han alarmado, no sé si serán verdad o meros delirios de borracho, pero me ha confesado que está involucrado en algo muy grave, relacionado con el mercado negro, lo único que puedo hacer es preguntarme si será verdad.

Cuando he llegado a casa, sentado en el sofá del salón he sacado la foto de Madeleine de mi cartera.
Añoro su presencia.


miércoles, 11 de noviembre de 2015

15 de diciembre de 1913

Primera semana aquí en ginebra, estos primeros días han sido agotadores, los primeros pasos en la redacción del Neu Zürcher Zeitung han sido complicados, por suerte los compañeros me han acogido como uno más.

Creo que voy a necesitar buscar a alguien que me ayude con el francés, se ve que el francés que me enseño la tía Ángela no era suficiente, preguntare a alguno de mis compañeros.
He conocido a un hombre en la cafetería, se llama Adolf, es de un pueblo de los Alpes italianos, me ha invitado a un café. Trabaja en la sección de deportes, creo que vamos a hacer buenas migas.



Tras terminar el trabajo tengo que volver a esa casa fría, donde mi único compañero es la soledad, te echo de menos Madeleine, espero que pronto volvamos a estar juntos.